La independencia es una característica habitual de todo ser humano y desde pequeño esto se le debe enseñar a los niños.
Ya sea a través de gestos o mediante la expresión de sus emociones, se le puede ofrecer un clima de seguridad al niño que le servirá en un futuro.
¿Qué hacer?
Anímalo a hacer cualquier actividad para que no se rinda y así no pierda la confianza.
Si intenta hacer algo por sí mismo, anímalo y prémialo con palabras bonitas o cualquier gesto de cariño, ya sólo por el hecho de haberlo intentado.
Si después de varios intentos (no a la primera) ves que no lo consigue, entonces dale alguna pista de cómo puede lograr lo que quiere hacer, si aún así, después de varios intentos (no a la primera), ves que tampoco lo consigue, ayúdalo/a un poco para que pueda lograrlo, si tampoco lo consigue con un poco de ayuda, entonces ofrécele un poco más y así hasta que lo consiga. Conseguido “el reto” prémialo con palabras bonitas o cualquier gesto de cariño.
¿Qué no hacer?
No hagas las cosas por él/ella que pueda hacer aunque te las pida. Tu hijo/a aprende rapidísimo y te sorprenderá como de un día para otro aprende a hacer ciertas cosas sola/o.
No reprimas sus intentos por hacer cosas por sí mismo. Ten cuidado y no caigas en la sobreprotección, esto le anula y perjudica en muchos aspectos.